[color=green]El Canto y la Música
Extraído del libro:
“Lo Lícito y lo Prohibido en el Islam”
Por Yusuf al-Qardawi
Entre los entretenimientos que confortan el alma, agradan al corazón y refrescan el oído esta el canto. El Islam permite el canto bajo la condición de que no sea en ninguna forma obsceno o dañino para los valores islámicos. No hay daño en su acompañamiento por música que no sea excitante.
Para crear una atmósfera de alegría y felicidad, cantar es recomendado en ocasiones festivas tales como los días de Eid, bodas y banquetes de boda, nacimientos, aqiqat (la celebración del nacimiento de un bebe matando una oveja) y al regreso de un viajero.
Aisha narró que cuando una mujer se casó con un hombre Ansari, el Profeta (sws) dijo: “Aisha, ¿tienen ellos algún entretenimiento?” (Narrado en Bukhari)
Ibn Abbas dijo: “Aisha regaló una muchacha esclava en matrimonio a un hombre de los Ansar. El Profeta (sws) llegó y dijo: ¿Enviaste una cantante con ella? No, dijo Aisha. El Mensajero de Allah (sws) entonces dijo: Los Ansar son un pueblo que ama la poesía. Debiste haberle enviado a alguien que cantara. Aquí venimos a vosotros, regresamos, salúdenos como nosotros os saludamos.” (Narrado en Ibn Majah)
Aisha narró que durante los días de Mina, en el día de Eid al-Adha, dos muchachas estaban con ella, bailando y tocando con un tambor de mano. El Profeta (sws) estaba presente, escuchándolas con su cabeza bajo un chal. Abu Bakr entonces entró y regañó a las muchachas. El Profeta (sws) descubriendo su rostro le dijo: “Déjalas Abu Bakr, estos son los días de Eid.” (Narrado en Bukhari y Muslim)
En su libro Ihya ulum al-din (en el cuarto sobre “Hábitos”, en el libro Escuchar Cantar) el Imam al-Ghazali menciona los hadices sobre las muchachas cantando, los abisinios actuando con lanzas, el Profeta animándolos al decir: “Sigue Oh Bani Arfidah”, la pregunta a su esposa Aisha, “¿Quieres ver?” y permaneciendo ahí con ella hasta que esta se cansó y se retiró y los juegos de Aisha y sus amigas con muñecas. Luego el Imam Ghazali dice:
Todos estos hadices son reportados por Bukhari y Muslim en los dos Sahihs, y claramente prueban que cantar y tocar no son arma De ellos deducimos lo siguiente:
Primero: El permiso de tocar; los abisinios eran del habito de bailar y tocar.
Segundo: Hacer esto en la mezquita.
Tercero: Lo dicho por el Profeta ‘Sigue Oh Bani Arfida’ fue una orden y una petición de que ellos debían tocar; entonces, ¿cómo puede su actuación ser considerada haram?
Cuarto: El Profeta (sws) evito que Abu Bakr y Umar interrumpieran y regañaran a los intérpretes y cantantes. Le dijo a Abu Bakr que Eid era una ocasión alegre y que cantar era un medio de disfrute.
Quinto: En ambas ocasiones, el Profeta (sws) permaneció por un largo tiempo con Aisha, permitiéndole ver el espectáculo de los abisinios y escuchar con ella el canto de las muchachas. Esto prueba que es mucho mejor estar de buen humor al complacer a las mujeres y a los niños con juegos que por el contrario, expresar desaprobación por tales diversiones debido a un sentido de severa piedad y ascetismo.
Sexto: El Profeta (sws) alentó a Aisha al preguntarle “¿Quieres ver?” (Reportado por Bukhari y Muslim)
Séptimo: El permiso de cantar y tocar el tambor…
Y lo que sigue al final de la discusión de al-Ghazali sobre el canto.
Se informa que muchos compañeros del Profeta (sws) así como también la segunda generación de eruditos musulmanes solían escuchar cantar y no veían nada malo en ello. En cuanto a los hadices que han sido reportados en contra del canto, todos ellos son débiles y se ha demostrado por los investigadores que no son confiables. El jurista Abu Bakr al-Arabi dice: “No se dispone de ningún hadiz confiable con respecto a la prohibición del canto,” mientras que Ibn Hazam dice:
“Todo lo que se informa al respecto es falso e inventado.”
Sin embargo, debido a que el canto se asocia en muchos casos con fiestas donde se bebe y con clubes nocturnos, muchos eruditos lo han declarado haram o al menos makruh. Ellos afirman que cantar constituye un tipo de charla frívola como se menciona en el verso:
“Hay entre los hombres quien compra historietas divertidas para, sin conocimiento, extraviar a otros del camino de Alá y para tomarlo a burla. Quienes tal hagan tendrán un castigo humillante. (31:6)
Ibn Hazm dice: Este verso condena una conducta particular, hacer algo para burlarse del camino de Allah. Quien hace esto es un incrédulo, incluso es incrédulo si compra una copia del Corán con la intención de hacer esto como objeto de su burla y por lo tanto descarriar a la gente.
Ello es el tipo de conducta que es condenada por Allah y no la conversación frívola en la cual uno puede caer por simple esparcimiento, sin intención de extraviar a la gente del camino de Allah.
Ibn Hazm refuta también el argumento de aquellos que dicen que puesto que el canto no es de “la verdad” debe ser del “error”, mencionando el verso: “Y ¿qué hay más allá de la Verdad, sino el extravío? (10:32). Comenta él que el Mensajero de Allah (sws) dijo: “Las obras serán juzgadas de acuerdo a las intenciones y cada quien obtendrá de acuerdo a su intención.” (Bukhari y Muslim). Por consiguiente, el que escucha cantar con la intención de usarlo como apoyo de un pecado es un pecador, y esto es cierto para otras cosas diferentes del canto, mientras que quien escucha cantar con la intención de complacer su alma para ganar fortaleza y así cumplir con su deber hacia Allah (swt) y para hacer buenas obras, es un buen siervo obediente de Allah y sus acciones son de la verdad. Y quien escucha cantar sin intención de obedecer o desobedecer, está haciendo algo neutral e inofensivo, similar a ir al parque a pasearse, o pararse junto a una ventana y mirar al cielo, o vestir ropas de color azul o verde, etc.
Sin embargo, hay algunas limitaciones que se deben observar en el tema del canto:
1.- El contenido de las canciones no debe estar en contra de las enseñanzas del Islam. Por ejemplo, si la canción es una alabanza al vino e invita a la gente a beber, cantar o escuchar esa canción es haram.
2.- Aunque el contenido de la canción pueda no ser contrario a las enseñanzas islámicas, la manera de cantar puede volverlo haram; esto sería el caso, por ejemplo, si fuera acompañado por movimientos sexuales sugestivos.
3.- El Islam combate los excesos y extravagancias de cualquier tipo, incluso en adoración; ¿cómo entonces puede tolerarse la participación excesiva con entretenimiento? Demasiado tiempo no debería desperdiciarse en tales actividades; después de todo, ¿Qué es el tiempo sino vida misma? Uno no puede cuestionar el hecho de que pasar tiempo en actividades permitidas consume tiempo que podría reservarse para realizar obligaciones religiosas y hacer buenas obras. Se dice acertadamente: “No hay exceso sino es a costa de un deber descuidado.”
4.- Cada individuo es el mejor juez de sí mismo. Si cierto tipo de canto despierta las pasiones de uno, conduciéndolo al pecado, excitando los instintos animales y embotando la espiritualidad, debe evitarlo, cerrando de esa forma la puerta a las tentaciones.
5.- Hay acuerdo unánime de que si el canto es hecho en compañía de actividades haram, por ejemplo, en una fiesta donde se bebe, o si el canto se mezcla con obscenidad y pecado, es haram. El Profeta (sws) advirtió de un castigo severo para la gente que canta o escucha música en tales situaciones cuando dijo: “Algunas gentes de mi ummah beberán vino, llamándolo por otro nombre, mientras escuchan cantantes acompañados por instrumentos musicales. Allah hará que la tierra los trague y los convertirá en monos y cerdos.” (Ibn Majah) Esto no significa que serán transformados en sus cuerpos y forma externa en monos y cerdos, sino solo en sus corazones y almas, llevando en sus cuerpos humanos el corazón de un simio y el alma de un cerdo.
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